Prácticas profesionales y cambio organizacional en servicios de apoyo a personas con discapacidad intelectual

Resumen

Desde la última década del S. XX hasta la actualidad se están produciendo una serie de movimientos socioeconómicos y reformulaciones teóricas relacionadas con la atención a las personas con discapacidad que están impactando en la definición de los servicios que prestan apoyo a las personas con discapacidad intelectual de forma trascendental. La irrupción del modelo biopsicosocial y de la visión ecológica en la concepción de la discapacidad (OMS, 2001), la introducción del paradigma de apoyos en el modelo explicativo de la discapacidad intelectual (AAIDD, 1992), el desarrollo de modelos de calidad de vida, principalmente el propuesto por Schalock y Verdugo (2002) y la implantación de la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006), están produciendo un cambio en los valores de las organizaciones de discapacidad intelectual, enfrentándolas a una serie de retos a acometer. En concreto: implementar un enfoque centrado en la persona, realizar un cambio de estructuras desde la verticalidad a la horizontalidad, establecer sistemas de información y de gestión de datos, implantar la mejora continua de la calidad y la necesidad de un liderazgo participativo y transformacional. Para afrontar estos retos, las entidades han de planificar procesos de transformación organizacional que les permita adaptarse al entorno y ser más eficaces, eficientes y sostenibles. Aspectos fundamentales relacionados con el cambio organizacional y con los elementos de la cultura organizacional resultan esenciales de comprender para poder gestionar procesos de transformación exitosos que cambien el conjunto de valores y creencias de una organización, su cultura organizacional. Y entre los elementos de la cultura organizacional, las prácticas organizacionales se erigen en clave en los procesos de cambio organizacional, al ser el aspecto más visible de una organización y de relación con sus clientes. Analizados los modelos teóricos, los retos que generan y los conceptos clave organizacionales, se detallan distintos modelos y enfoques de cambio organizacional, para detenerse en profundidad en las fases principales de un proceso de transformación organizacional (diagnóstico de la cultura base, definición de la cultura meta e identificación de puntos clave y formulación de estrategias), proceso aplicable en los servicios de personas con discapacidad intelectual, donde encontramos herramientas de diagnóstico cultural (calidad de servicio, prácticas basadas en la evidencia), unos marcos teóricos hacia la que orientar los servicios, y con ello una nueva cultura organizacional, y distintas propuestas de estrategias para la transformación organizacional (Schalock y Verdugo, 2012). Medir las discrepancias entre el estado actual de la organización (línea base de la misma) y las creencias y valores organizacionales esperados surgidos de los nuevos planteamientos teóricos, mediante la evaluación de las prácticas organizacionales y utilizando herramientas de análisis de la implantación de prácticas basadas en la evidencia y de calidad del servicio, conforman la idea principal de la investigación que se describe. Desde un enfoque descriptivo, se aplicó, en una muestra de centros ocupacionales de la provincia de Valencia, un proceso de autoevaluación de sus prácticas profesionales relacionadas con el cliente, el crecimiento organizacional, aspectos económicos-financieros y de procesos internos, complementándolo con un análisis del estilo de liderazgo y aspectos formativos. Se utilizó para ello la Escala de Eficacia y Eficiencia Organizacional (OEES) (Schalock et al., 2015), el Cuestionario de Calidad de Servicio de Martínez-Tur et al. (2010), un cuestionario de liderazgo participativo y otro de aspectos formativos de la plantilla del centro. Los resultados de la autoevaluación muestran que la mayoría de las organizaciones presentan márgenes de mejora importantes en la implantación de prácticas organizacionales basadas en la cultura meta esperada en las cuatro perspectivas evaluadas, sin presentar diferencias significativas entre las mismas. A su vez, se denota que la evaluación subjetiva de las prácticas por parte de los directores de centros es más alta que la evaluación de las prácticas basadas en evidencias. Como conclusión principal, se demuestra la utilidad de utilizar un sistema de autoevaluación combinado que integra la valoración de indicadores basados en la evidencia con la evaluación subjetiva de los resultados de los procesos sobre las personas, aportando una riqueza de datos que permiten extraer estrategias tanto en la gestión de las perspectivas valoradas como en la calidad del servicio percibida, y por tanto, guiar un proceso de transformación organizacional en servicios de personas con discapacidad intelectual.