De migraciones y chabolas: políticas de control y resistencias cotidianas en los suburbios madrileños durante la Dictadura franquista.Experiencias de vecinas en Vallecas

  1. Martínez Aranda, María Adoración
Dirigida por:
  1. Carlos Giménez Romero Director/a

Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 07 de julio de 2020

Tribunal:
  1. Pedro Tomé Martín Presidente/a
  2. Paloma Gómez Crespo Secretario/a
  3. Almudena Cortés Maisonave Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El objeto de estudio de esta tesis se centra en las migraciones internas de trabajadores pobres del ámbito rural hacia Madrid; y su impacto en la configuración del chabolismo en su periferia, concretamente en Vallecas durante la Dictadura franquista. Este contexto constituye un “fragmento” privilegiado para observar la articulación entre la política del Régimen franquista y las micropolíticas de resistencia de las familias inmigradas y chabolistas. Para reconstruir este proceso, he tomado estos procesos migratorios y la autoconstrucción de las chabolas a través de la aproximación etnográfica a las experiencias de algunas de estas familias. Experiencias, en las que como veremos, las mujeres cobran un protagonismo imprescindible, pues a pesar de la invisibilización de su labor, el papel que desarrollarían tanto en el desenvolvimiento de la vida diaria en un contexto desfavorable, como sus respuestas ante la presión del Régimen en estos focos chabolistas, sitúan a las vecinas vallecanas en un lugar privilegiado para nuestro análisis. Junto a ello, incluimos la aproximación al entramado de legislación, medidas y actuaciones ejercidas desde el Régimen franquista, a través de la lectura etnográfica de documentos y archivos a los que he podido acceder. La llegada a las grandes ciudades de las familias migrantes no va a ser fácil, el primer escollo es bien palpable desde el inicio: la falta de vivienda donde alojarse. Tras la devastación de la Guerra Civil, hay un déficit residencial dramáticamente agudizado en las viviendas más modestas para la población más vulnerable, no hay vivienda “obrera” a la que puedan acceder quienes incesantemente llegaban al cinturón de las ciudades como Madrid, con lo que se verán obligados a ingeniar respuestas ante ello: la autoconstrucción de sus propias chabolas. Esta será la segunda cara de un mismo fenómeno, pues inmigración y chabolismo se configuran como una “problemática” acuciante para el Régimen en estos momentos. La imagen de los focos chabolistas como focos de caos, inestabilidad y peligrosidad se acompañan de la construcción, en ocasiones esquizofrénica, de la figura del inmigrante como unas pobres gentes que abandonan las penurias de sus pueblos para llegar a la ciudad a la llamada de la creciente industrialización necesitada de mano de obra. Ante esta situación, el Régimen dicta normativas, crea Organismos y ejecuta medidas, la situación debe “encauzarse” a través de la vigilancia y control de estos focos y su población, para ello encarga a la Comisaría para la Ordenación Urbana de Madrid y sus Alrededores (COUMA) la elaboración de un Censo de Infraviviendas, en el que se producirán miles de fichas que recogen fotografías y datos de las familias residentes en todos los focos chabolistas de Madrid. Para el ejercicio de la vigilancia, control y represión de estas familias se crea el Servicio Especial de Vigilancia del Extrarradio de la Guardia Civil. Pese al férreo control que se quiere imponer, las familias chabolistas desarrollaron estrategias –micropolíticas de resistencia- para hacer frente a los efectos más negativos de la política de control del Régimen: apoyo mutuo, elevación de peticiones a la Comisaría, presentación de cartas, documentos, informes … apoyando la defensa de sus peticiones, autoconstrucción de chabolas, actuaciones para “despistar” a los vigilantes, y el caso más extremo, la autoorganización del barrio del Pozo del Tío Raimundo. La segregación de los suburbios chabolistas los convierte en contextos en los que se compartía cotidianamente las mismas condiciones de vida, problemáticas, preocupaciones, etc., lo que facilita una conciencia compartida vinculada al barrio, impulsando posteriormente dinámicas de reivindicaciones y movilización vecinal. La articulación entre el contexto compartido y las experiencias únicas ha sido en este trabajo, una preocupación constante, para poder ofrecer un análisis de algunas experiencias particulares articuladas con una perspectiva de fondo estructural. Por ello, la mirada antropológica es imprescindible, pues nos ofrece herramientas adecuadas para comprender lo “común” desde “experiencias particularidades”, enraizadas en contextos específicos. Así mismo, he pretendido un acercamiento de trasfondo histórico que se enlazara con la mirada antropológica, pues considero incapaz el análisis de “las historias” sino es con el trasfondo de la Historia.