Entre Petrarca y Bembolengua y poética de la bella mano de Giusto de' Conti
- TRILLINI, MATTEO
- Marco Carmello Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 2017(e)ko uztaila-(a)k 04
- Juan Miguel Ribera Llopis Presidentea
- Aurora Conde Muñoz Idazkaria
- Mercedes González de Sande Kidea
- Vicente González Martín Kidea
- Pedro Luis Ladrón de Guevara Mellado Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
El cancionero Bella mano de Giusto de¿ Conti es indudablemente el gran desconocido de la literatura del siglo XV, ya que la atención de la crítica literaria resulta todavía escasa con respecto a su valor y al rol desempeñado en el panorama de la tradición lírica italiana. La obra representa la primera imitación sistemática de Petrarca, tanto a nivel lingüístico y métrico como también macrotextual. Se trata de 150 composiciones, mayormente sonetos y canciones, que cuentan el amor infeliz del yo lírico hacia la boloñesa Isabetta. Nuestro trabajo tiene el objetivo de restituir a la Bella mano la posición que se merece en el marco de dicha tradición literaria, a través de un estudio filológico de los topoi que alimentan la inspiración poética de Conti, como también su imitación de las auctoritas a las que hace continuamente referencia. La investigación se desarrolla en cinco capítulos que delinean un recorrido ideal a partir del análisis de las fuentes clásicas, latinas y vulgares, constituidas especialmente por los poetas elegíacos romanos, Dante y Petrarca, para llegar a esbozar el legado poético de los versos de la Bella mano en el siglo XV y principio del XVI. Por lo tanto, después de situar, en el primer capítulo, la producción de Conti en el contexto cultural de la primera parte del Quattrocento, cuando el alcance de su obra pionera y vanguardista se refleja en el número elevado de manuscritos difundidos por todos los centros más importantes de la Italia centro-septentrional, el segundo capítulo es dedicado a la importante influencia de los poetas elegíacos latinos en la Bella mano. De hecho, a pesar de la evidente fidelidad al modelo de Petrarca, en el entramado poético de Conti resultan notables también las aportaciones de las fuentes clásicas y vulgares, reutilizadas dentro de un contexto ya humanista y neoplatónico. Todo esto se hace evidente si intentamos reconstruir la figura del personaje femenino, el cual, por un lado, hereda todas las características principales de la mujer-ángel stilnovista y por el otro es el digno descendiente de las impías Lesbia y Cintia o de la fría Petra dantesca. El tercer capítulo es ocupado precisamente por la presencia de Dante en la obra de Conti, examinada a partir de distintos tipos de composiciones. A diferencia de Bembo, que condena inexorablemente el plurilingüismo de la Commedia, Giusto de¿ Conti acoge en su obra léxico, sintagmas y recursos estilísticos provenientes del poema dantesco. Sin embargo, tales sugestiones sufren una ¿neutralización¿, tanto a nivel de contenidos como de alcance conceptual, así que el recuerdo del florentino queda única y puramente algo fónico y lingüístico. El uso de la fuente constituida por las Rime, en cambio, constituye un caso muy distinto que podemos definir instrumental, puesto que ofrecen una evidente contribución a la construcción del personaje femenino (y no sólo). Una figura literaria, la de Isabetta, que inspirará, entre otras, la representación de Antonia, mujer depositaria de las rimas de los Amorum libri de Matteo Maria Boiardo, cuyo análisis con respecto al legado ¿contiano¿ ocupa enteramente el cuarto capítulo. Aquellos, a pesar de su petrarquismo sui generis, representan quizás el cancionero más ilustre del siglo XV y son la prueba más consistente del éxito del que gozaron las rimas de Conti en esa época, Finalmente, el recorrido termina con una contribución sobre la compleja relación de nuestro poeta con el padre del clasicismo renacentista: Pietro Bembo. Si, por un lado, en efecto, el programa literario del intelectual veneciano excluye in toto la experiencia cuatrocentista de la más prestigiosa tradición lírica, demasiado experimental e irregular, por el otro, su obra poética, no parece del todo inmune de la influencia del gran magisterio, tanto precioso como incomodo, de Conti.