O Humanismo cristao na educaçao popular brasileira da década de 1960-1970, da religaçao ao compromisso sócio-políticotese de doutoramento

  1. KOLLING JOAO, INACIO
Dirigida por:
  1. Antonio Vara Coomonte Director/a
  2. Ana M. Casasanta Peixoto Codirector/a

Universidad de defensa: Universidade de Santiago de Compostela

Año de defensa: 2000

Tribunal:
  1. José María Hernández Díaz Presidente
  2. Vicente Peña Saavedra Secretario/a
  3. Juan Alfredo Jiménez Eguizábal Vocal
  4. Ángel González Hernández Vocal
  5. Antón Costa Rico Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 75401 DIALNET

Resumen

El humanismo cristiano, fue dejando de ser concreto, histórico y comprometido con las clases populares, convirtiéndose en algo abstracto e idealista, pasando a hacer lecturas moralistas, ontológico - metafísicas y meramente doctrinales pero sin ningún tipo de compromiso social. Lecturas que insistían en el cumplimiento de reglas morales para salvarse o condenarse, con una preocupación espitiritualista que no consideraba la dimensión histórica. En el auge de ese proceso, León XIII, fundó la Acción Católica con vistas a que las clases populares no se apartaran de la Iglesia. La Acción Católica en Brasil originó una diacronía en ese proceso sincrócico de atraer a la Iglesia a los más pobles, sobre todo en la década de 1960, cuando parte de la misma Acción Católica asumió el pensamiento personalista de Mounier, Chardin y Paulo Freire. De este hecho resultó un programa de educación popular, o MEB (Movimiento de Educación de Base) que recuperó valores esenciales del Humanismo cristiano: Convivencia no por criterios de honra y status sino por el propio bien común; concepción de la historia como acción que corresponde a todos; y una política que implica a las clases populares en la consecución del bien común. Esta educación de base pasó a considerar a los educandos como verdaderos sujetos y no como meros objetos. Lo que supuso una implicación directa de los propios sujetos, en sus propias vidas, en sus propias comunidades y en el mundo que les rodea, generando cultura propia y haciendo o escribiendo su propia historia. Lo que elevó el nivel de vida socioeconómica y la autoestima de las clases populares. Esta "religación" con las raíces del humanismo cristiano, a pesar de la corta duración del MEB al ser proscrito por sectores de la propia Iglesia, del Gobierno y de otros grupos sociales, se convirtió en un fermento que repercutió, en la década de 1970, en las comunidades eclesiales de