La escritura del archivo. Recurso simbólico y poder práctico en los Cabildos coloniales de Nueva Granada. El caso de la Villa de Medellín, 1675-1819

  1. RUBIO HERNANDEZ, ALFONSO
Dirigida por:
  1. Esperanza Velasco de la Peña Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 04 de octubre de 2012

Tribunal:
  1. José Antonio Moreiro González Presidente/a
  2. María del Carmen Agustín Lacruz Secretario/a
  3. María Teresa Iranzo Muñío Vocal
  4. Raquel Gómez Díaz Vocal
  5. Margarita Gómez Gómez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 331086 DIALNET

Resumen

Situando al archivo en una época donde se hizo evidente la necesidad de conservar y organizar los documentos escritos como piezas de uso clave en el funcionamiento diario de las instituciones de la monarquía hispánica, se sitúa el objetivo de la investigación: desenmascarar la relación existente entre el archivo y el ejercicio del poder dentro de la administración de los cabildos coloniales hispanoamericanos. Se toma como modelo el Cabildo de la Villa de Medellín en un periodo cronológico que va desde su fundación como villa en 1675 hasta su independencia en 1819, ciento cuarenta y cinco años que pertenecen al dominio colonial de la Corona española que trasladó allí el derecho castellano y sus prácticas escriturarias y burocráticas, que se adaptan por tanto a la naturaleza del archivo que había forjado la tradición española y que íntegra y fundamentalmente abarcan al siglo XVIII. Al enfrentarnos a una significativa relación de trabajos que estudian las ciudades neogranadinas, se puso en evidencia la ausencia de trabajos cuyo objeto o materia de estudio se centra en el archivo del cabildo y en la figura de su escribano como pieza clave de su formación y organización y, en general, de las prácticas burocráticas desarrolladas por la institución. Esta circunstancia es la que nos han llevado a paliar, en la medida de lo posible, la ausencia señalada, prestando atención también a los aspectos institucionales de la entidad que regía y administraba las relaciones de una determinada comunidad de habitantes: el Cabildo, Justicia y Regimiento de su ciudad. Intentando mostrar el pleno carácter institucional del archivo, sus orígenes ligados al posicionamiento geopolítico de la creación del cabildo y sus relaciones con aspectos como la lengua castellana, la legislación indiana y la escribanía de la cual dependía, nuestro estudio ha quedado estructurado en tres grandes capítulos: 1. En el primero se analiza el proceso de fundación de la Villa de Medellín teniendo en cuenta fundamentalmente su situación geográfica y socioeconómica. Conscientes del valor del documento escrito como fundamento jurídico, las élites económicas originan un proceso documental que legitima, ante la ley monárquica, la creación de un cabildo que les garantice y mantenga el control y dominio de recursos y ventajas sociales. 2. El capítulo segundo analiza la imposición de la lengua castellana, el uso del documento escrito, el sistema burocrático y la obediencia a la ley como medios de dominio y control institucionales. Atiende a los aspectos básicos de cuatro componentes íntimamente ligados a la existencia del archivo del cabildo (lengua, escritura, burocracia y ley) en relación al significado que adquirían en territorio americano y en relación al poder que representaban para la Monarquía hispana. Sin olvidar la perspectiva local que impone nuestro modelo central (el Archivo del Cabildo de Medellín), es el capítulo que intenta situar al archivo en un contexto general e histórico de la Corona española donde, bajo el gobierno de la ley, la castellanización forzosa, la alfabetización y el documento escrito en la misma lengua castellana, que debía conservar y custodiar el archivo, fueron medidas de control burocrático con claros fines políticos, económicos y sociales. 3. El capítulo tercero está íntegramente dedicado al análisis detallado de la Escribanía del Cabildo de Medellín. No es posible concebir el archivo sin la figura que lo crea y alimenta: el escribano. Desde el examen de la misma documentación producida por quienes ejercieron en la escribanía del cabildo y desde el seguimiento de sus procesos operativos que consideran al archivo un organismo vivo, describimos un oficio y ofrecemos un panorama del mundo de unos escribanos que estaban obligados a convivir en una sociedad colonial como intermediarios de la institución a la que servían y los ciudadanos de la Villa de Medellín que la obedecían. En el conjunto del trabajo, metodológicamente, para comprender la naturaleza institucional del archivo y el funcionamiento de un oficio como el de los escribanos de cabildo, es preciso integrar el archivo, sus representaciones y prácticas, con el estudio de la institución y el contexto histórico, geográfico y social en el que surge, de ahí que, en mayor o menor cantidad, hemos capturado saberes de distintos espacios disciplinares y enfoques metodológicos, más o menos cercanos, o más o menos lejanos entre sí: la archivística, la historia de las instituciones desde un punto de vista político-administrativo y social, la historia de la lengua, la cultura escrita, la geografía política o el derecho, todas ellas disciplinas vinculadas por la Historia para estudiar la ¿escritura del archivo¿ en unos determinados contextos sociales que hicieron posible su origen y su continuidad hasta nuestros días. Ello implicó, lógicamente, la consulta de una extensa bibliografía referida a esas mencionadas disciplinas, y el uso de una serie de técnicas propias de las fuentes de investigación histórica, que nos fueron útiles no sólo desde sus aplicativos prácticos, sino también desde sus concepciones teóricas, como fueron la paleografía o la diplomática. Los escribanos que desde 1675 a 1819 actuaron en el cabildo de Medellín proporcionaron la base documental de archivo. Sus propios productos escriturarios (tanto los emitidos como los recibidos por el cabildo) fueron conformando el ¿archivo de la ciudad¿, cuyo arco cronológico señalado, correspondiente al periodo colonial, se encuentra actualmente en el denominado Archivo Histórico de Medellín bajo la clasificación de Fondo Cabildo. Pero el uso del Archivo del Cabildo de la Villa de Medellín no fue exclusivo. Aplicando una metodología contrastada y comparada, utilizamos otras fuentes documentales. Las siguientes referencias básicas, íntimamente ligadas a la vida institucional del cabildo de la Villa, fueron las del Archivo Histórico Judicial de Medellín, que se mantiene en la Universidad Nacional de Colombia, y la del Archivo de la Gobernación de la Provincia de Antioquia en su época colonial, que actualmente se custodia en la institución denominada Archivo de la Gobernación de Antioquia, ambos enclavados en la ciudad de Medellín. Mediante ejemplos procedentes de otros cabildos coloniales de la Nueva Granada intentamos reforzar nuestra exposición. Con este objetivo se consultaron también los Archivos Históricos de las ciudades colombianas de Santiago de Cali y Cartago (Valle del Cauca), Tunja (en el denominado Archivo Regional de Boyacá) y Popayán (Cauca), este último en el llamado Archivo Central del Cauca de la misma ciudad de Popayán. Para entender el traslado de la ¿tradición archivística¿ a territorio americano, fueron valiosos los ejemplos documentales de la época localizados en los archivos municipales de las poblaciones españolas de Arnedo, Haro y Logroño, todas ellas situadas en la Comunidad Autónoma de La Rioja (España). El Archivo Municipal del Puerto de Santa María (Cádiz) y el Archivo de su Iglesia Mayor Prioral, nos sirvieron puntualmente para precisar los orígenes sociales de Jacobo Facio Lince, escribano del número de Medellín desde 1772 a 1798. El Archivo de la Real Audiencia y Virreinato de la Nueva Granada, conservado en el Archivo General de la Nación de la ciudad de Bogotá (Colombia), y el Archivo General de Indias en Sevilla (España), complementaron nuestro análisis con fuentes documentales inéditas. Igualmente útiles nos fueron algunos manuscritos de la Biblioteca del Palacio Real y de la Biblioteca Nacional de España en Madrid, las fuentes legislativas y las fuentes documentales ya impresas de ámbito local, provincial o virreinal. En la medida de lo que humanamente nos fue posible, después de una tarea de reconstrucción, pero también de interpretación, de un pasado concreto, podemos exponer algunas conclusiones: Durante casi siglo y medio que duró el dominio español en la Villa de Medellín, la preocupación de su Cabildo por la seguridad, la conservación y la organización de los documentos que constituían su archivo, así como la práctica de actos simbólicos que giraban en torno a su inaccesibilidad y secretismo, y reforzaban su carácter como instrumento de poder, fueron constantes. Como un espacio premeditadamente simbólico y desde una estrategia ¿geocultural¿ y ¿geopolítica¿ enlazada al referente integrador de la Corona, la plaza de las villas y ciudades coloniales, con su cabildo y éste, a su vez, con su archivo, representan el centro de la construcción urbana y del poder constituido desde el cual se controlan los asentamientos urbanos y los asentamientos periféricos: las áreas agrícolas, ganaderas, forestales y mineras, e incluso las fronteras que delimitan la jurisdicción de la ciudad. El Cabildo, Justicia y Regimiento, la institución política e ideológica, estructurada a la Corona mediante instituciones superiores como las Gobernaciones o las Reales Audiencias, dirigió el futuro de ese espacio a partir de unas estrategias que siempre recurren al control que les proporciona los registros contenidos en su archivo para conseguir el orden que reguló la vida política, hacendística, judicial o policial de la ciudad. El archivo conservó y garantizó toda clase de actos desplegados por el Cabildo para dar continuidad y orden a la economía, la administración y la política del Estado. Se convirtió en una herramienta técnica y eficaz que posibilitó la estabilidad del sistema. A la vez que se fundaban nuevas ciudades y villas en un territorio como el de la Nueva Granada, donde los pueblos indígenas carecían de escritura, dentro de las directrices generales del imperio hispánico, la castellanización forzosa fue necesaria para conseguir no sólo los fines religiosos, sino también, y sobre todo, los fines políticos, económicos y sociales. Las Disposiciones Reales sobre la enseñanza de la lengua castellana solían hacer referencia entre sus textos al aspecto político de vivir bajo una misma ley y ¿buenas costumbres¿, a la manera como se venía haciendo en la Península. Las nuevas manifestaciones del mundo colonial, que sobre todo iban arraigándose a través de las instituciones políticas que regulaban leyes, derechos, normas, obligaciones, o impuestos, condujeron al uso forzado del castellano que debía imponerse en toda la población (indígena o no) que habitaba los dominios de la Corona. El Descubrimiento y el mantenimiento de los territorios americanos trajo consigo la emisión de tal número de dispositivos legales que se hizo imprescindible formar la que se llamó Recopilación de las Leyes de los Reynos de las Indias, que, lejos de ser un mero código de leyes al modo del Derecho romano clásico, quiso regular los aspectos de la conducta humana en todos sus ámbitos, jurídico, ético, religioso, político y en las propias costumbres o usos sociales. La Recopilación (el Libro) se configuró así en un poder histórico-simbólico que podía absorber el poder político o podía estar con él en relaciones de coordinación. La creencia en el valor de las leyes escritas hizo concebir a éstas como un instrumento que la república debía guardar para ordenar, reglamentar y gobernar la pública quietud. La figura del escribano de cabildo fue esencial en el desarrollo económico y social de las ciudades. Siendo Medellín un importante centro comercial minero, hasta fines del siglo XVIII la mayoría de sus escribanos de cabildo fueron, además, escribanos de ¿minas y registros¿, cuya denominación los capacitaba también para realizar funciones de carácter hacendístico y de control de la explotación y fundición de metales preciosos. Influyeron decisivamente en la burocratización de la vida cotidiana y, desde su posición privilegiada, los escribanos, investidos de una ¿fe pública¿ que emanaba del rey y custodios del archivo de la ciudad y de los archivos notariales, se convirtieron en mediadores entre las instituciones gobernantes y los habitantes gobernados. La nómina de los oficiales de pluma que desfilaron por el cabildo de la ciudad fue larga, pero no todos podían acceder al puesto de escribano. Las condiciones previas de acceso no se limitaron a las cuestiones profesionales. Los orígenes sociales de la familia, su prestigio e influencia; los méritos personales como el desempeño previo en otros cargos públicos; o la pertenencia a una familia con tradición en el oficio de la escribanía, fueron las principales circunstancias que en Medellín intervinieron para contar, en el acceso al puesto, con la confianza de una oligarquía políticosocial representada por los cabildantes. A la trascendencia de los asuntos tratados por el cabildo, de los cuales, mediante su escritura, dejaban constancia los escribanos, se añadía la necesidad del control documental. Registros de carácter económico y fiscal, registros que certificaban privilegios, títulos, posesiones y actividades vinculadas directamente a las élites de la ciudad y al funcionamiento del Cabildo como institución que las mantenía, se convertían en preciados instrumentos de poder que el arca de tres llaves, el archivo, debía resguardar y mantener. La obligatoriedad del arca de tres llaves, para finalizar nuestra exposición, suponía la existencia de un espacio cerrado y reservado, atendido exclusivamente por quienes poseían sus llaves. Al frente de él y de su organización se encontraba el escribano. La imagen del archivo, cubierta de connotaciones prácticas y simbólicas referentes a su secretismo e inaccesibilidad y relacionada con las virtudes del buen gobierno y la prudencia del manejo documental, se vio reforzada con la obligación que tenían los escribanos de hacer juramento de ¿sigilo y fidelidad¿ ante el Cabildo. Su práctica burocrática los hace receptores y productores de una diversa tipología documental que va conformando el archivo de la Villa de Medellín dentro de un sistema político de relaciones interdependientes entre instituciones que, aunque todas ellas sujetas a un mismo poder real, actuaron cada una con una determinada práctica burocrática producto de su particular contexto geopolítico.