El dolor del abandono, el miedo y la presión en las familias transnacionales de México a Estados Unidos y de Perú a Italia

Resumen

Esta investigación presenta un análisis sobre familias transnacionales de México y del Perú, en cuanto a estructura y salud mental. Basándose en una investigación etnográfica, la muestra estuvo representada por cincuenta familias, veinticinco de cada país. Los resultados indican que estructuras tradicionales de familias mexicanas pueden modificarse como consecuencia de la emigración del varón, lo que vivencia una estructura de pareja distante, alternando los roles de padres, así como el intercambio de roles de poder entre padres e hijos antes y durante la reunificación familiar. Las familias tradicionales del Perú también pueden desarrollar un proceso de transformación que comienza con la separación de la madre del hogar, mediante la migración, ésta asume el rol de proveedora y gestora de la familia; mientras que el padre permanece como cuidador de los hijos y coopera como autoridad en el lugar de origen. En la reunificación familiar la esposa adquiere mayor protagonismo laboral y económico, manteniendo al esposo en una posición periférica y pasiva del núcleo familiar. En cuanto que los cónyuges de estas familias se ven forzados a vivir lejos de sus esposos/as e hijas/os durante mucho tiempo, viviendo "aquí" y "allí", la migración puede, por lo tanto, desvanecer estructuras patriarcales tradicionales en las familias al tiempo que procura mayor reconocimiento a las mujeres y niños. Con todo, los integrantes de las familias que se someten a la experiencia transnacional pueden exponerse al deterioro de su salud mental. Las ganancias económicas que proporciona la migración tienen un costo emocional alto, con la depresión y el estrés que se desarrollan por las condiciones de clandestinidad, discriminación racial y laboral, condiciones de insalubridad y hacinamiento. El dolor psicológico que sufren sobre todo madres e hijos es equiparable a una herida que permanece abierta hasta que se logra la reunificación familiar: el encuentro esperado puede entonces traducirse en demandas afectivas, reproches y compensaciones entre padres e hijos.