¿Cultura animal no humana? Hacia un nuevo concepto de cultura desde la biología evolutiva

  1. CAICEDO MACHACÓN, OSCAR DAVID
Dirigida por:
  1. Ana Cuevas Badallo Directora

Universidad de defensa: Universidad de Salamanca

Fecha de defensa: 20 de enero de 2017

Tribunal:
  1. Fernando Colmenares Presidente/a
  2. María José Blanco Villegas Secretaria
  3. Miguel Ángel Llorente Espino Vocal
Departamento:
  1. FILOSOFÍA, LÓGICA Y ESTÉTICA

Tipo: Tesis

Resumen

El propósito principal de la Tesis, es ofrecer un concepto de cultura desde la filosofía de la biología y desde la biología evolutiva, alternativo al que actualmente se encuentra aceptado. El manejo que se da de la cultura y de la evolución cultural está enmarcado en el prisma del neodarwinismo. La evolución cultural es entendida en mi investigación como un producto de la evolución biológica y el surgimiento de aquella de ninguna manera detiene o impide el desenvolvimiento de la segunda. Actualmente, pretender dejar de lado las ideas evolucionistas cuando se investiga y da cuenta de la cultura, es desconocer el papel de la ontogenia y la filogenia, las cualidades naturales del ser humano, los impulsos innatos y atribuir únicamente al medio social los logros de esta. En el animal humano anidan millones de años de evolución, por lo que parece necesario remitirse a la biología para estudiar su comportamiento cultural. Comparando los conceptos de cultura, tanto los netamente humanos como el ofrecido por ejemplo por David Schneider (para quien la cultura era el “conjunto de definiciones, premisas, postulados, presunciones, proposiciones y percepciones sobre la naturaleza del universo y el lugar del hombre en él”), como los que se ofrecen desde la biología evolutiva, de la mano principalmente de Kevin Laland, Andrew Whiten o Frans de Waal, (los cuales consideran como culturales aquellos rasgos que son transmitidos socialmente de un grupo a otro a través de cualquier método de aprendizaje social, emulación, imitación, instrucción), en esta investigación se intenta ofrecer un concepto alternativo que, aunque no pretende descartar los anteriores, sí busca ser más inclusivo aunque también con algunas restricciones importantes. Un concepto de cultura como el de Schneider, aunque no errado, sí es un concepto que describe a un único animal social, al animal humano. Tal concepto excluye como hacedores de cultura a todos los demás animales sociales. Los conceptos que hasta ahora se vienen ofreciendo desde la biología evolutiva, aunque no adolecen de este problema, caen en otro igual de importante: excluyen como variantes culturales a los rasgos o hábitos que se adquieren y transmiten pero que son posibilitados por el hábitat o ecosistema. Para autores como Frans de Waal, Andrew Whiten, John Bonner, Kevin Laland, entre otros, un rasgo o hábito que se crea que está impulsado por el medio no puede ser considerado cultural. Aunque sus conceptos de cultura son más amplios que el de Schneider al considerar como sujetos culturales a muchos animales sociales, principalmente los primates más próximos filogenéticamente a nosotros, sugieren que “cuando las variaciones sistemáticas de conocimientos, hábitos y destrezas entre grupos no pueden ser atribuidas a factores […] ecológicos, es que son posiblemente culturales”. Dicho de otro modo, si un hábito es posibilitado por factores ecológicos, posiblemente tal hábito no es resultado de transmisión cultural. Pues bien, lo que en esta investigación se busca defender es que muchos hábitos posibilitados por el medio, si cumplen ciertas condiciones, posiblemente sean culturales. Para ello, se ofrece un concepto de cultura en el que se sostiene que, además de la necesidad de que la transmisión de hábitos o información se de socialmente y no de manera genética, lo esperable es que se observen variaciones de comportamiento en diferentes grupos de la misma especie, aunque muchas de esas variaciones sean propiciadas por el ambiente, introduciendo así un nivel en lo que llamamos “cultural”.