Inquisição e cristãos-novos na cidade de Viseu (Portugal)morfología, identidades e integração sociocultural (Séculos XVI-XVII)

Resumen

En los siglos XVI y XVII vive en Viseu una comunidad de cristianos nuevos que ocupa un papel central en las dinámicas de la ciudad, como ponen en evidencia tanto su ubicación en las calles más principales de la urbe de aquella época como su destacado papel en el entramado social. También toman a su cargo y dominan los tráficos mercantiles más importantes. Aprovechan las ventajas que les ofrecen la permeabilidad de la raya y su inclusión en las redes familiares que la atraviesan, explotando rutas e productos que unen los dos lados de la frontera. Además, ejercen destacadas profesiones: son médicos, abogados y arrendadores de las rentas del rey y de los obispos. La reproducción social de esta comunidad es compleja y toma diversas formas. Aquí atendemos en particular a las cuestiones del parentesco y de la identidad, dominadas entonces por un sistema celular y clientelar. Sus miembros ponen en práctica estrategias de conservación de la memoria colectiva al tiempo que realizan esfuerzos muy persistentes de integración social, que siguen la lógica de la elite de los cristianos viejos, mediante la adhesión a las pautas de la vida religiosa cristiana y el impulso de las correspondientes instituciones de solidaridad (hospitales, hermandades y cofradías). En el interior de esta comunidad de conversos, y en su relación con los cristianos viejos, se pone de manifiesto una clara ambigüedad de los gestos y de las intenciones, apreciándose asimismo, en los propósitos, una visión muy pragmática y utilitaria por parte de aquellos que forman parte de la elite de la ciudad. Algunos de ellos persistían en antiguas (y, por lo tanto, prohibidas en la época) representaciones religiosas, si bien apenas respetan ya los preceptos del viejo credo mosaico y exhiben claras señales de un sincretismo ritual que a veces más bien parece constituir una nueva práctica religiosa. En el fondo, lo que parecía importar era sobre todo aglutinar en torno a una idea esencial las condiciones de supervivencia de un pueblo, puesta en riesgo por muchos de quienes se rindieron a los procesos de asimilación en curso. Pero en tiempos de uniformidad religiosa y de mantenimiento riguroso de un cierto establishment, también la propia ciudad de Viseu habría de sufrir, ya fuera por efecto de las leyes de limpieza de la sangre, ya por la acción del Santo Oficio. Muchos decidieron partir. Otros quedaron al alcance de la cárcel y del embargo de sus bienes, lo que para la ciudad no significaría más que la pérdida de capital humano que representaban las personas de la sangre maculada.