El arquitecto Juan de Sagarbinaga (1710-1797)
- José Ramón Nieto González Director
Defence university: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 11 September 2003
- José Carlos Brasas Egido Chair
- Antonio Casaseca Casaseca Secretary
- Manuel Valdés Fernández Committee member
- José Javier Rivera Blanco Committee member
- Enrique Valdivieso González Committee member
Type: Thesis
Abstract
Se centra en el estudio de la obra de Juan de Sagarbinaga a partir de los distintos criterios de actuación que empleó a la hora de enfrentarse a una intervención dependiendo de si se trataba de un edificio preexistente, donde optará por en criterio de unidad (donde pondrá de manifiesto su maestría a la hora de proyectar y materializar la cubrición de los espacios con bóvedas de tradición gótica en pleno siglo XVIII), o de una construcción de nueva planta donde escogerá la apuesta por la modernidad basada en los lenguajes del clasicismo, fundamentalmente de las corrientes del barroco castizo (transformación de la Colegiata de Nuestra Señora del Manzano de Castrojeriz), de la recuperación de la herreriano (la torre de la Catedral de Ciudad Rodrigo) y de los planteamientos racionalistas e historicistas (dirección de las obras del Colegio de Anaya). En definitiva, los diferentes lenguajes del clasicismo utilizados por Juan de Sagarbinaga (Aspe de Busturia (Vizcaya) 1710 - Salamanca, 1997) son un claro reflejo de la indefinición estilista que vivió la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XVIII, de la cual el arquitecto vizcaíno es un claro esponente durante los años que asumió la maestría de la Catedral de Salamanca (1754-1767) llevando a cabo tres proyectos aplicando tres criterios diferentes: la simbiosis del gótico y el barroco en la antesacristía y sacristía mayor, el barroco cortesano en la cúpula del crucero y la arquitectura racionalista en los muros perimetrales de la capilla mayor. Y a paritr de esos lenguajes del clasicismo y de su relación con el pensamiento ilustrado y académico la arquitectura de Juan de Sagarbinaga acabará evolucionando en su etapa de plenitud y madurez hacia un clasicismo depurado que, caracterizado por la limpieza y sencillez formal, la elegancia estilística y la ausencia de decoración, encaja perfectamente dentro de lo que se ha llamado el primer neoclasicismo espa