Lo cortés no quita lo valiente. Una comparación de la cortesía en quito y salamanca

  1. Rodriguez Andrade, Imelda Pricila
Dirigida por:
  1. Jesús Fernández González (1955-) Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Salamanca

Fecha de defensa: 27 de julio de 2018

Tribunal:
  1. Francisco Javier de Santiago Guervós Presidente
  2. Antonio Daniel Fuentes González Secretario/a
  3. Marina A. Maquieira Rodríguez Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 572501 DIALNET

Resumen

La cortesía es uno de los pilares fundamentales de la comunicación humana. La forma en la que preguntamos, pedimos cosas, agradecemos, saludamos, nos dirigimos a los demás, etc. denotan no sólo nuestro grado de educación, sino también rasgos propios de nuestra lengua y de nuestra cultura. Las lenguas, todas, sin excepción, tienen, dentro de sí recursos que se usan para agradar al otro, o para proteger la imagen del que las emite. No nos cabe duda de que el rol de la cortesía es promover una convivencia civilizada y amable con nuestros congéneres. No importa si esa cortesía es falsa o sincera, actúa como una especie de válvula de seguridad en cualquier situación. Brown y Levinson (1987) distinguen dos tipos de cortesía: positiva y cortesía negativa. La primera tiene que ver con la imagen positiva que el hablante tiene de sí mismo y que aspira que sea respetada y aceptada por los demás. La segunda, en cambio, se refiere al deseo de cada individuo de que sus actos no se vean impedidos por otros. En esta investigación se van a analizar 6 aspectos de la cortesía: los pedidos, las disculpas, las respuestas al cumplido, las críticas, el turno de palabra y el espacio interpersonal. Con respecto al tema de los pedidos, que es el tema central esta investigación, las estrategias indirectas entrarían en lo que se considera cortesía negativa. Por el contrario, las directas se corresponden con la cortesía positiva. Haverkate (1994) señala que la interacción social, en general, y la verbal, en especial, exigen que las imágenes positiva y negativa sean respetadas desarrollando apropiadas estrategias de cortesía. Asimismo, considera conveniente una sustitución de términos: solidaridad en lugar de cortesía positiva y distanciamiento en lugar de cortesía negativa. Estos nuevos términos nos darían a entender que cuando somos directos nos ponemos en el lugar del otro, a su mismo nivel. Por otro lado, los que son indirectos se alejan de su interlocutor, esto no significaría creerse superior, o inferior, solamente limita la confianza. De acuerdo a Haverkate (1994), al menos parte de las culturas del mundo se dividirían en esas dos clases. Teniendo como base el criterio de que los representantes de unas culturas muestran preferencia por la expresión de cortesía de solidaridad, en tanto que los representantes de otras conceden valor específico a la expresión de cortesía de distanciamiento. Eso querría decir que culturas similares usarían las mismas estrategias de cortesía. Al parecer, eso se cumpliría. No olvidemos que lengua y cultura están fuertemente relacionadas. Pero, ¿podríamos decir que los sudafricanos y los canadienses, por compartir una misma lengua, comparten cultura?, ¿podemos hablar de una única cultura anglosajona? ¿Es legítimo poner a todos los usuarios del inglés en un mismo saco cultural? De igual modo, ¿sería válido creer en la unicidad de la cultura hispana? Españoles e hispanoamericanos con las mismas creencias, comportamientos, etc. Definitivamente no. El uso de la cortesía en español no es homogéneo. Aunque la lengua, internamente, tiene los mismos recursos lingüísticos, el español peninsular y el español americano se diferencian al momento de ponerlos en práctica. Visto de ese modo, españoles e hispanoamericanos deberíamos usar diferentes estrategias al momento de expresar cortesía. Aparentemente, los españoles poseen características de cortesía positiva, o solidaria. Son más directos al momento de hacer pedidos, por ejemplo. Un gran número de latinoamericanos, por el contrario, usaría cortesía negativa, somos más distantes, o indirectos. Este trabajo tratará de desmontar, o ratificar, la idea de que los latinoamericanos usamos diferentes estrategias de cortesía que los españoles. Eso sí, es necesario dejar muy claro que al decir España e Hispanoamérica, en este caso, nos estamos refiriendo a un sector minúsculo de España: Salamanca; y a un sector ínfimo de Hispanoamérica: Ecuador, más concretamente, Quito. Y mucho más específicamente, estudiantes de la USAL (Universidad de Salamanca) y de la PUCE (Pontificia Universidad Católica del Ecuador). El sentido de esta investigación no es de ninguna manera mostrar la cortesía/descortesía de uno de los dos grupos, se trata más bien de encontrar lo que nos une, más que lo que nos separa. Si bien es cierto, desde algunos sectores, sobre todo, el lado anglosajón, siempre se ha considerado la cortesía negativa como más cortés, (valga la redundancia), desde ningún punto de vista ese es el pensamiento que guía este estudio. Basándose en algunos estudios, se ha llegado a la conclusión de que en las culturas mediterráneas: griega, española, italiana, etc. predomina la cortesía positiva. Por el contrario, en las culturas anglosajonas predomina la negativa, al igual que en algunos sectores latinoamericanos. Ante todo esto, vale preguntarnos ¿cuán válido es hacer un estudio comparativo de cortesía verbal entre usuarios de la misma lengua? Nos parece que es muy relevante. Es necesario seguirnos descubriendo y acercando. Estudios como este nos ayudan a entendernos mejor y, sobre todo, a aceptarnos más. Si bien el tratamiento del pedido abarca casi la totalidad de esta investigación, también nos hemos ocupado de incluir otros aspectos de la cortesía, como son la prosémica, la respuesta al cumplido, la crítica, el turno de palabra y las disculpas. PALABRAS CLAVE: CORTESÍA, RELEVANCIA, ACTOS CONTRA LA IMAGEN, CORTESÍA POSITIVA, CORTESÍA NEGATIVA, PROXÉMICA, CONFIANZA.