Exploración de los factores generales y específicos en la estructura del tdah

  1. FRUTOS DE MIGUEL, JONATAN
Zuzendaria:
  1. Víctor Arias González Zuzendaria
  2. Henar Rodríguez Navarro Zuzendarikidea

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 2019(e)ko otsaila-(a)k 15

Epaimahaia:
  1. Cristina Jenaro Río Presidentea
  2. Paula Odriozola González Idazkaria
  3. Pablo José Olivares Olivares Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

En los últimos años se ha producido un intenso debate en torno a si la estructura subyacente de los trastornos psicológicos es de tipo categorial o dimensional, como en el caso del Trastorno por Déficit de Atención (TDAH). En la visión categorial, los trastornos psicológicos están representados por categorías de diagnóstico que sitúan a una persona como afectada o no afectada o, bien, la ubican dentro de un subtipo específico. Esta ha sido la visión predominante, ya que tiene la ventaja de satis-facer las necesidades clínicas. Alternativamente, los trastornos psicológicos se han considerado de naturaleza dimensional, representándose como una distribución continua donde cada persona tiene una cierta cantidad del trastorno, lo cual pro-porciona una medida más precisa del funcionamiento y una mayor potencia para los análisis posteriores, que los resultados categóricos. El propósito primordial de la presente investigación fue aplicar la metodología Bifactor ESEM al estudio de la estructura latente del TDAH en niños en edad escolar, comparar los resultados con los modelos estimados mediante ICM-CFA y determinar qué aproximación metodológica es la más adecuada en función del grado de ajuste y la interpretabilidad de cada modelo. Así mismo, se implementó el uso de los Modelos Factoriales Mixtos (FMM) para poner a prueba la validez de los subtipos dentro del trastorno con los datos obtenidos. Para ello se utilizó una muestra de 871 discentes españoles (53,4% niños; M=8,95; DT=2,52) y otra muestra de 632 discentes chilenos (43,7% niños; M=10,46; DT=2,35). La muestra española fue sometida a una escalada de respuesta de los 18 síntomas del TDAH propuestos por el DSM-IV-TR (APA, 2002), transformándose en una escala de respuesta de frecuencia de cinco puntos. La formulación de los ítems coincidió de forma literal con la versión española del DSM-IV-TR, con la salvedad de que se eliminó la expresión adverbial “a menudo” con la que comienza la redacción de todos los síntomas, dado que el uso de tal expresión anularía de facto la escala de frecuencia. En cuanto a la muestra chilena, fue sometida al inventario de Comportamiento Infantil y Adolescente: versión para padres y madres (CABI; Burns, Taylor y Rusby, 2001), el cual evalúa diferentes aspectos del comportamiento en niños y jóvenes, así como aspectos sociales y académicos. Teniendo en cuenta ambas muestras, parece que el modelo de dos factores y tres clases es el más plausible de acuerdo con los valores BIC. En el caso de los CFA, el modelo Bifactor fue mejor que el de dos factores, de acuerdo de nuevo al valor BIC, con una diferencia de ocho puntos en las dos muestras. Por otro lado, la distribución de las clases fue prácticamente idéntica en ambas. Los resultados apuntan a que el TDAH se distribuye como un único continuo de severidad. Al menos en dichas nuestras no parece haber diferentes perfiles o subtipos, en cuanto que no se observan elevaciones específicas en ningún clúster de síntomas. Lo anterior apoya, en muestras escolares de población general, la evaluación del TDAH como un único continuo de severidad.