Asertividad sexualanálisis de variables relacionadas e implicaciones clínicas

  1. Santos Iglesias, Pablo
Dirigida por:
  1. Juan Carlos Sierra Freire Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 04 de mayo de 2012

Tribunal:
  1. Inmaculada Teva Álvarez Presidente/a
  2. María Paz Bermúdez Sánchez Secretario/a
  3. Pedro J. Nobre Vocal
  4. Rodrigo Jesús Carcedo González Vocal
  5. Francisco J. Santolaya Ochando Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El estudio de la asertividad cuenta con una larga tradición dentro de la investigación en sexualidad humana, sin embargo los estudios que han analizado su papel no son muy numerosos. En líneas generales, se puede sostener que los trabajos que han incluido la asertividad sexual pueden agruparse en dos líneas, la primera y menos numerosa, ha tratado de desarrollar instrumentos de evaluación de la asertividad sexual. La segunda ha analizado el papel que juega la asertividad sexual en la sexualidad humana, concluyendo que es una variable que facilita un buen funcionamiento sexual y que sirve como factor de protección ante los episodios de victimización sexual y las conductas de riesgo para Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), VIH y embarazos no deseados. Para ampliar el estudio de esta variable se ha llevado a cabo esta Tesis Doctoral, cuyos objetivos han sido 1) analizar las propiedades psicométricas de la versión española del Hurlbert Index of Sexual Assertiveness (HISA), 2) analizar el papel de la asertividad sexual en las experiencias de revictimización sexual junto con otras variables como la experiencia sexual y el uso de sustancias, y 3) analizar las variables predictoras de la asertividad sexual partiendo de un modelo multidimensional previamente usado. El primer objetivo se articula en torno a dos trabajos de naturaleza instrumental. En el primero de ellos se analizaron las propiedades psicométricas (i.e., análisis de ítems, validez de constructo, fiabilidad de consistencia interna y validez convergente) de la versión española del HISA. Para ello se empleó una muestra compuesta por 400 hombres y 453 mujeres heterosexuales con una relación de, al menos, seis meses de duración. Todos ellos respondieron al HISA, la Escala de Ajuste Diádico, el Cuestionario de Aserción en la Pareja, y la Escala de Habilidades Sociales. Los resultados mostraron una estructura factorial compuesta por 19 ítems agrupados en dos factores: Inicio, o la habilidad para iniciar contactos sexuales deseados y compartir deseos y fantasías sexuales con la pareja; y Ausencia de Timidez/Rechazo, que hace referencia a la habilidad para rechazar contactos sexuales no deseados y la capacidad para iniciar y mantener conversaciones sobre temas sexuales. Ambas subescalas mostraron buenos índices de fiabilidad de consistencia interna, con valores omega en torno a 0,80 y buenos indicadores de validez convergente, con correlaciones estadísticamente significativas de signo positivo con las medidas de ajuste diádico, aserción en la pareja y habilidades sociales. El segundo estudio tenía como objetivo analizar la invarianza factorial y el funcionamiento diferencial del ítem (DIF) de la versión española del HISA, previamente validado, entre hombres y mujeres. La razón para llevar a cabo este estudio fue que en el pasado se han encontrado diferencias en las estructuras factoriales cuando se han empleado muestras de mujeres o muestras de hombres y mujeres. Y además, que la asertividad ha sido un constructo típicamente comparado entre hombres y mujeres, por lo que es necesario garantizar la equivalencia y ausencia de sesgo de la escala. Participaron en este estudio 1.600 mujeres y 1.598 hombres heterosexuales. Los resultados del análisis de invariaza mostraron ausencia de invarianza fuerte en tres de sus ítems (2, 9, y 13), lo que implica que las interceptas no son similares para hombres y mujeres e indica la posibilidad de funcionamiento diferencial del ítem. El análisis del funcionamiento diferencial del ítem mostró que de esos tres, sólo el ítem 2 (¿Pienso que soy tímido/a en el ámbito sexual¿) mostró DIF moderado uniforme. Concretamente, las mujeres tienen una mayor tendencia a responder ¿Siempre¿ a este ítem. Con estos resultados se plantea la necesidad de eliminar los tres ítems, resultando en una versión final compuesta por 16 ítems agrupados en las dos dimensiones: Inicio (8 ítems) y Ausencia de timidez/Rechazo (8 ítems). Los resultados de los baremos para esta versión final muestran que la asertividad sexual aún sigue roles sexuales tradicionales, ya que los hombres puntúan más alto en Inicio, mientras que las mujeres más mayores muestran mayor timidez y menos habilidad para rechazar contactos sexuales. Respecto al objetivo sobre victimización sexual, se puso a prueba qué variables mediaban entre el abuso sexual en la infancia y la victimización sexual en la adolescencia y edad adulta temprana. Para ello se emplearon cuatro variables que habían sido examinadas en la literatura previa: número de parejas, edad de inicio de los contactos sexuales, asertividad sexual y consumo de sustancias antes de los contactos sexuales. Además, se ofrecen datos sobre las tasas de vicimización sexual en las participantes, así como los tipos de agresores más frecuentes. Un total de 402 mujeres universitarias participaron en el estudio. Los resultados mostraron que un 30,4% había sufrido algún contacto sexual no deseado, mientras que un 3,4% habían sido violadas. Los agresores más frecuentes son parejas o exparejas, conocidos o citas ocasionales, dependiendo del tipo de agresión. Sin embargo, es poco frecuente que la agresión haya sido perpetrada por un extraño. Las variables que mediaron entre el abuso sexual en la infancia y la victimización sexual adulta fueron el número de parejas y la falta de asertividad sexual. Estos resultados ponen de manifiesto la elevada prevalencia de las agresiones sexuales en muestras de mujeres universitarias y apuntan al número de parejas como un factor de riesgo importante para predecir la revictimización sexual, tal y como se ha encontrado en estudios previos. Sin embargo, a diferencia de los estudios llevados a cabo en Estados Unidos, la asertividad sexual también explica esa revictimización, que puede explicarse por una mayor presencia de roles sexuales tradicionales en mujeres universitarias estadounidenses. Por último, se planteó la necesidad de estudiar las variables que predicen la asertividad sexual, ya que sólo un estudio previo ha analizado este aspecto. Basándonos en el modelo multifacético de riesgo para el VIH (MMOHR, por sus siglas en inglés) se plantea que la asertividad sexual puede ser predicha a partir de variables interpersonales (abuso en la pareja) y variables actitudinales (erotofilia y actitudes positivas hacia las fantasías sexuales). Además, se plantea la necesidad de introducir componentes de la respuesta sexual humana (deseo sexual y excitación), pues no se han puesto a prueba en modelos multidimensionales. Participaron un total de 1.755 mujeres y 1.619 varones heterosexuales. Los resultados mostraron que en el caso de los hombres la asertividad sexual fue predicha de forma positiva por la excitación, deseo sexual diádico, erotofilia y actitudes positivas hacia las fantasías sexuales, y de forma negativa por el abuso no físico por parte de la pareja. En el caso de las mujeres, la asertividad sexual fue predicha de forma positiva por la excitación, deseo sexual diádico, erotofilia y actitudes positivas hacia las fantasías sexuales y de forma negativa por el abuso no físico y el deseo sexual solitario. Estos resultados ponen de manifiesto la naturaleza multidimensional de la asertividad sexual y la necesidad de evaluar otras variables, como las actitudes o la presencia de abuso en la pareja, cuando se trabaja con la asertividad sexual en programas educativos o de intervención. Para finalizar, es necesario concluir que los resultados de la presente Tesis Doctoral nos dan una idea más clara acerca del papel que juega la asertividad sexual en la sexualidad humana en el contexto español, pues ha sido una variable poco estudiada en España. Se dispone, ahora, de una versión abreviada del HISA ¿que es uno de los instrumentos más utilizados a la hora de evaluar la asertividad sexual- con adecuadas garantías psicométricas sobre su funcionamiento y, además, equivalente entre hombres y mujeres. Son necesarios más trabajos que ahonden en el papel de la asertividad en la victimización sexual, así como evaluar más variables relevantes que puedan predecir la presencia de respuestas sexualmente asertivas tanto en hombres como en mujeres.