Independencia y descolonización de guinea ecuatorial

  1. Deutsch, Christine
Dirigida por:
  1. Pilar García Trobat Director/a
  2. Javier Palao Gil Codirector/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 28 de septiembre de 2018

Tribunal:
  1. María Paz Alonso Romero Presidenta
  2. Carlos Tormo Camallonga Secretario/a
  3. Jesús Vallejo Fernández de la Reguera Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 571734 DIALNET

Resumen

Era en el año 1777 cuando España y Portugal firmaron en San Ildefonso el Tratado Preliminar de Límites en América Meridional. Portugal cedió sus islas Fernando Poo y Annobón, así como el literal desde el Cabo Formoso, en la boca del Níger, hasta el de López, en la boca del río Gabón a España. A cambio se entregaron la isla Santa Catalina y la Colonia de Sacramento a Portugal. Un año más tarde se hizo la ratificación en el Pardo el 11 de marzo, constituyendo el título jurídico de la presencia española en el Golfo de Guinea. Iniciaba así su “aventura africana”. No fue realmente hasta principios del siglo XX, con la pérdida de Cuba en 1898, que España manifestó su poder en los territorios del Golfo de Guinea. Tras aproximadamente 50 años de soberanía española en Guinea Ecuatorial, se inició el proceso de descolonización en los años 60 del siglo pasado. La creación de Naciones Unidas, la aparición de una conciencia nacional africana y la creación de la OUA en 1963 favoreció dicho proceso. El ingreso de España en la ONU llevó aparejado respetar la Carta de Naciones Unidas por la que debía dar cuenta de sus territorios no autónomos. A imitación de Portugal quiso evitar el proceso con la ficción de que se trataba de provincias. La provincialización y posterior concesión de autonomía a Fernando Poo y Río Muni no evitó la descolonización. La presión internacional junto al deseo de recuperar Gibraltar, propiciaron la rendición de cuentas al respecto. Comenzó la Conferencia Constitucional y los problemas en torno a la fecha y como declarar la independencia distanciaron no solo a los delegados guineanos entre sí, sino también a los españoles. El referéndum sobre la Constitución para Guinea, así como la elección del presidente fueron los últimos pasos antes de la declaración de la independencia de Guinea Ecuatorial el 12 de octubre de 1968, el día de la Hispanidad. Esta fecha marcó el final de la presencia española en el Golfo de Guinea. Lo que sucedió después de la independencia es un capítulo que podemos considerar oscuro, y por diversos motivos, tanto para los españoles como para los guineanos. Los españoles consideraron que nada cambiara su posición de fuerza en la ex colonia, porque su presencia era necesaria para el buen funcionamiento de las instituciones y porque sus propiedades estarían protegidas por la Guardia. Como sucediera en otras colonias recién independizadas creyeron que el gobierno guineano sería un títere en manos del español. Pero nada más lejos de la realidad, Macías desde muy pronto se mostró con las maneras propias del típico gobernador general que había conocido en la época colonial. Sin preparación política alagado por Estados Unidas y la URSS en mitad de la Guerra Fría, pero dependiendo económicamente de las ayudas a que España se había comprometido comenzó una campaña sin precedentes contra los españoles. La situación se agravó con la crisis de las banderas y posteriormente con un golpe de estado detrás del que vio intereses españoles. El éxodo de los españoles y la represión contra cualquier opositor a Macías se puso en marcha. Podemos creer que principalmente los perjudicados fueron los españoles, pero en realidad tanto españoles como guineanos tuvieron que sufrir las consecuencias político-jurídico de un proceso descolonizador y posterior independencia malamente llevado a cabo. Ni el gobierno español ni el guineano estuvieron a la altura. Mientras los españoles pidieron indemnizaciones y ayudas al gobierno, que con la ley de repatriados en la mano solo consideraba su obligación el asumir los gastos del viaje de retorno, los guineanos lucharon por la nacionalidad española.