Protocolo del uso del tubo de derivación salival de montgomery como profilaxis de la fístula faringocutánea en la laringectomía total

  1. TORRICO ROMÁN, PABLO
Zuzendaria:
  1. Gabriel Trinidad Ruiz Zuzendaria
  2. María Ángeles Gómez Zubeldia Zuzendarikidea
  3. María Coronada Pérez Rodríguez Zuzendarikidea

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Extremadura

Fecha de defensa: 2020(e)ko otsaila-(a)k 26

Epaimahaia:
  1. Yolanda Gañán Presmanes Presidentea
  2. Juan Maza-Solano Idazkaria
  3. José Luis Pardal Refoyo Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 615593 DIALNET

Laburpena

Desde que en 1873 Billroth realizara en Viena la primera laringectomía total, han sido numerosos los esfuerzos emprendidos para minimizar la aparición de la complicación más genuina y frecuente de esta técnica quirúrgica: la fístula faringocutánea. A pesar de que para combatirla se libra a diario una denodada lucha, en la actualidad su incidencia sigue siendo muy alta, lo que la convierte en la principal causa de la morbimortalidad en esta cirugía y en un serio problema que origina un alto coste tanto desde el punto de vista emocional, como sanitario y económico. La introducción del uso de la prótesis salivar de Montgomery para las estenosis esofágicas abrió una nueva alternativa en el tratamiento de las fístulas salivares postquirúrgicas. Se postuló como una posible solución para la cicatrización precoz de las fístulas una vez acontecidas. Sin embargo las complicaciones de su uso, aunque excepcionales, en ocasiones mortales, hicieron que se desestimara su utilización de forma estandarizada. En la actualidad existen muy pocos estudios en la literatura científica que reseñen su utilización rutinaria y de forma profiláctica para evitar la tan temida fístula faringocutánea. Todos ellos sin conclusiones finales estadísticamente significativas por el limitado número de casos estudiados. Con el presente estudio se pretende valorar su utilidad para la prevención de las mismas, así como estudiar si su uso de forma profiláctica protocolizada y estandarizada es recomendable desde el punto de vista del coste-beneficio.