Ortega y su proyecto estético de renovación cultural europea

  1. Moro Esteban, Pedro Luis
Dirigida por:
  1. Javier San Martín Director/a

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Año de defensa: 2006

Tribunal:
  1. Simón Marchán Fiz Presidente/a
  2. Jesús M. Díaz Álvarez Secretario/a
  3. Domingo Hernández Sánchez Vocal
  4. Nel Rodríguez Rial Vocal
  5. José Lasaga Medina Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 165181 DIALNET

Resumen

La estética orteguiana exige del lector una actitud de máxima apertura. En efecto, su carácter reticular se encuentra infiltrado en numerosos temas y sobrepasa una y otra vez las preocupaciones típicas del discurso estético. La estética de José Ortiga y Gasset ciertamente arraiga en motivos artísticos desde Altamira o las Sonatas de Valle hasta las pinturas negras de Goya, desde los cuadros de Velázquez hasta la poesía modernista, desde el poema del Mío Cid hasta la pintura de Zuloaga, o desde la estética musical de Debussy hasta la literatura de Dovtoisvski por no citar a muchos otros. Sin embargo, abarca mucho más; acoge sobre todo un ethos vital que se va desgranando a través de toda su biografía filosófica. Por ende, no debe olvidarse que la obra filosófica de Ortiga es una respuesta a la reflexión sobre una crisis que se percibe en la circunstancia española y que, especialmente tras 1914, se amplía a Europa. Su estética es una respuesta al naufragio de la existencia que se determina en el ámbito de las creencias, de las ideas, en fin en la cultura. Los capítulos de esta tesis indagan los temas que se vinculan con análisis etiológicos (de la crisis), pero también avanzan posibilidades de superación. No es otro el sentido de la investigación que propondremos en torno a temas como el amor, la sinceridad, la metáfora, el sentido de la individualidad o la técnica etc. Se trata, en última instancia de dirigir la atención a la propuesta de una vida entendida como obra de arte, de una vida que pretende una renovación en la que se involucra a la imaginación y a la fantasía pero que no excluye la imprenta de una razón vital que permite el ajuste a una circunstancia en el horizonte del sistema. Teniendo en cuenta la complejidad de la investigación se ha optado por una metodología en la que el contrapunto con otros discursos permite una atención reforzada sobre aquellos temas que estimo nodulares. El objetivo es trazar las líneas maestras de la estética de José Ortega y Gasset al modo de una experiencia de la Gestalt. El diálogo con otros autores determina un contraste entre fondo y figura que permite arrojar luz sobre las cuestiones cruciales ventiladas en cada uno de los capítulos de la tesis. Ramón del Valle Inclán, Baroja, Velásquez, Goya, Zuloaga, T. Mann, Melvilla, Simmel, Heidegger, Junger, De Chirico, Cesante, Antonio López, Meter Handke y otros muchos contribuyen a obtener semejante precipitado. En algunos casos se trata de escritores y artistas muy conocidos por Ortega, en otros casos nunca fueron citados en sus Obras Completas, o, por razones de recorrido vital, obviamente no pudo conocerlos. En todo caso, siguiendo el mandato del propio Ortega, una vez trascurridos más de cincuenta años desde su muerte, se ha tomado la opción de usas sus ideas como él mismo propuso hacer con los clásicos, A estas alturas Ortega ya es un clásico y esta tesis también pretende no encerrar a Ortega en un clasicismo estéril. Ortega pensaba que el valor de un pensamiento filosófico debe someterse al criterio de un tribunal de náufragos. El veredicto supone la posibilidad de salvaciones, pero en cualquier caso revela el dramatismo intrínseco a la vida humana. En esta tesis se tiene en cuenta este perfil pánico de la existencia que es respondido por la estética de Ortega mediante la propuesta de una voluntad de estilo que arraiga en una determinación alciónica de inspiración cervantina. La vida se convierte así para el filósofo español en una pasión "finamente dramática" en la que se incuban individualidades, que no individualismos. Se trata de una renovación de la sensibilidad, del sentimiento y de las ideas que deberá promover una convivencia solidaria. El resultado conduce a una antropología que rebasa el mero positivismo psicologista.