Los piratas del sur de Filipinas
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Universidad de Extremadura
info
ISSN: 2340-8820
Argitalpen urtea: 2021
Zenbakien izenburua: Tannenberg 1914
Zenbakia: 43
Orrialdeak: 62-65
Mota: Artikulua
Beste argitalpen batzuk: Desperta Ferro: Contemporánea
Garapen Iraunkorreko Helburuak
Laburpena
Desde que España llega a las islas, hay constancia documental de las prácticas piráticas en el sur del archipiélago, que los gobernantes locales venían practicando desde antiguo, ya que el comercio de esclavos era símbolo de poder y enriquecimiento económico. Este tráfico humano, y sus consecuencias para la población, lo combatió España desde el inició de su colonización estableciendo, incluso, convenios con sultanes y dattos, de los que nunca llegó a fiarse, aunque tuvieron momentos de colaboración. Los sultanes ejercían autoridad sobre grandes comarcas y gobernaban con el consejo de los dattos (especie de líderes locales) a través de un complejo sistema de alianzas de los que recibían rentas en calidad de tributos. Los súbditos de los sultanatos de Mindanao y de Joló vivían bajo la jurisdicción de un datto, en pueblos llamados “rancherías”, defendidos por una especie de fortaleza con forma de cuadrilátero que realizaban con troncos de árboles, piedras, tierra y arena y con una altura aproximada de 3 a 4,5 m, que llamaban cottas, donde vivía un sacerdote o pandita, con traje y turbante completamente blancos, cuya única ocupación era leer el Corán.