Karol wojtyla y la "experiencia integral". Una propuesta de interpretación ética y antropológica

  1. Martinez Mares, Miriam
Dirigida por:
  1. Agustín Domingo Moratalla Director/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 26 de octubre de 2020

Tribunal:
  1. Enrique Bonete Perales Presidente
  2. Juana Sánchez-Gey Venegas Secretario/a
  3. Jaime Nubiola Aguilar Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 640595 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

La filosofía de Wojtyla se enfrenta al problema de la persona, a su pregunta fundamental sobre ¿quién soy yo y qué me cabe esperar? Parece que esta cuestión sólo pueda enfocarse desde los tradicionales imperativos morales, sociales y religiosos a los que ajustarse como receta para encontrar una respuesta segura y definitiva. Sin embargo, ¿dónde queda uno en ese cumplir con las normas, aferrarse a teorías y reproducir conductas; dónde queda la interioridad y la autenticidad? La otra opción que se ofrece es el relativismo, la sensación de librarse de toda normatividad y encontrar lo valioso en la interpretación que cada uno quiera hacer de las cosas; pero carecer de orientación es el principio de conformarse con las respuestas dependientes del momento y de la situación, vaciadas de proyección y de sentido y que, al fin y al cabo, suscitan también la reproducción de las modas. La historia del pensamiento ofrece teorías polarizadas entre “subjetividad-objetividad” que suponen una renuncia a la complejidad de la experiencia humana. Sirviéndose de la hermenéutica crítica, la presente investigación toma el concepto clave de experiencia integral para tender puentes y navegar por los grandes temas de la filosofía: naturaleza y persona, razón y sensibilidad, bien y deseo… Con las herramientas que le aporta la Fenomenología, Wojtyla propone un realismo renovado que, colocando a la persona en el centro, quiere superar tanto el Idealismo como la Metafísica clásica en su reducción de lo real a categorías conceptuales. Acercándose a la experiencia humana descubre la experiencia básica del “yo” como un ser presente a sí mismo y que, desde esta interioridad, se autoposee, se autodetermina y se abre a la relación con lo real y sus valores. Propone, así, una filosofía moral y social dependiente y consecuente con la interioridad de la persona siendo ahora la subjetividad el lugar de encuentro con el bien y la fuente de acciones propiamente personales. El personalismo de Wojtyla abre al horizonte de una razón práctica en la que la experiencia de ser persona es ahora el escenario de la verdad, el bien y la belleza. Da la vuelta a todos los cánones culturales y sociales en su mentalidad instrumental y propone la praxis moral, social, política, educativa consecuente con la expresión y relación de los seres humanos como personas, es decir, como fines en sí y para sí mismos.