El debate político contemporáneo sobre la familia. Aspectos filosóficos e implicaciones en las políticas públicas

  1. MORAIS-SARMENTO XAVIER MADUREIRA, ABEL DIOGO
Dirigida por:
  1. Francisco Javier Gil Martín Director/a
  2. Marta María Anjos Galego de Mendonca Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 17 de junio de 2020

Tribunal:
  1. Enrique Bonete Perales Presidente
  2. Noelia Bueno Gómez Secretario/a
  3. Mariano C. Melero de la Torre Vocal
  4. Diogo Costa Gonçalves Vocal
  5. Asunción Herrera Guevara Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 627877 DIALNET

Resumen

Esta tesis analiza las perspectivas que caracterizan el debate político contemporáneo sobre la familia, las corrientes intelectuales que le subyacen y sus implicaciones teóricas y prácticas. Se centra críticamente en la hipótesis según la cual valorar como modelo o ideal la célula familiar basada en la estructura de la relación reproductiva es incompatible con los pilares del Estado de Derecho democrático, tales como el principio de la igualdad o la defensa de los derechos humanos. Para resolver este problema, la defensa de la referida hipótesis sugiere que la teoría y la práctica político-institucional debería reconocer la equivalencia de “diversos tipos de familia” y adoptar el cambio de paradigma simbolizado por la substitución del singular “familia” por el uso del plural “familias”. Este trabajo analiza críticamente esta propuesta, sus fundamentos y sus implicaciones. Para ello, se recurre a información pública y de fuente abierta para describir la influencia de la misma en importantes instrumentos de orientación y regulación jurídico-política a nivel global y nacional, una influencia reflejada incluso en las exigencias y querellas terminológicas que marcan el proceso de negociación previa. Además, se caracteriza el marco teórico y epistemológico subyacente, un esfuerzo que pasa por conocer el linaje intelectual de la propuesta referida a través de la inmersión en la historia del pensamiento político, en donde cobra especial protagonismo una determinada teoría sobre el género, designada como “deconstructivista” o postmoderna. Esa teoría es responsable, en gran medida, de la reivindicación del citado cambio de paradigma en la percepción de la familia, marcado por una depreciación del elemento biológico que, además de rechazar la importancia de la alteridad sexual inscrita en la distinción “madre/padre”, niega igualmente – y este es un aspecto crucial en esta tesis, estrechamente relacionado con el trabajo de Joanna Rose - la importancia del parentesco de sangre, es decir, de la afinidad biogenética entre padres e hijos, por lo menos para los segundos. La dinámica en cuestión se traduce, por ejemplo, en la propuesta de substituir los términos “maternidad” y “paternidad” por “parentalidad”, propuesta que oscurece el alcance antropológico de la transformación descrita en la misma medida en que se beneficia del supuesto carácter neutro e inocuo del nuevo término. Al tiempo que se demuestra como este y otros ejercicios son una buena ilustración de que “la gramática es la continuación de la política por otros medios”, para usar una interesante expresión de Donna Haraway, en la tesis se exploran las implicaciones éticas y filosóficas de fondo, las cuales se vuelven tanto más claras cuando se tienen en cuenta algunos usos que la biotecnología ofrece actualmente. La biotecnología no es imprescindible para la materialización del planteamiento teórico descrito, ya que este es suficiente para poner en marcha prácticas capaces de suscitar cuestiones primordiales sobre la libertad, la igualdad, la naturaleza, o la dignidad de la persona y su lugar ontológico en cuanto sujeto, y no como objeto. No obstante, los medios biotecnológicos confieren una pertinencia renovada a esas cuestiones, que son las que se discuten ampliamente en esta tesis. En ese sentido, ayudan a rehabilitar el esfuerzo de indagación filosófica que aquí se lleva a cabo. Es este un esfuerzo apoyado en el análisis de la evidencia empírica y que se emprende desde una postura crítica pero a la vez humilde y de aprendizaje respecto al conocimiento humano acumulado. Y es, finalmente, un esfuerzo de matriz aristotélica, confiado en aquella facultad racional que es crucial para el cultivo e incluso la supervivencia de la idea misma de filosofía: la facultad de discernimiento.