Los significantes de la virilidad y su relación con la aceptación de la disfunción sexual masculina en el hombre latinoamericano

  1. CALDERON GARRIDO, ZOILA DE LOURDES
Dirigida por:
  1. José Antonio Fuertes Martín Director
  2. Melanio Alfredo González Morales Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Salamanca

Fecha de defensa: 07 de julio de 2021

Tribunal:
  1. María Lameiras Fernández Presidente/a
  2. Isabel Vicario Molina Secretaria
  3. Andrés A. Fernández Fuertes Vocal
Departamento:
  1. PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y DE LA EDUCACIÓN

Tipo: Tesis

Resumen

Esta investigación se enfocó en analizar los significantes de la virilidad y la relación de éstos con la aceptación de la disfunción sexual, en hombres latinoamericanos. El estudio se centró en las ciudades capitales de Ecuador, Perú, Bolivia y México. Usamos la metodología mixta CUAL-cuan, con peso en la cualitativa. En esta se usó la técnica propuesta de Conde (2011) sobre las posiciones discursivas y configuraciones narrativas. Participaron 16 hombres y 21 profesionales. En la investigación cuantitativa se usó un formulario de preguntas de opinión y conocimiento enfocados en la indagación del lugar social de los hablantes. Participaron en total 200 hombres. Al no haber un estudio previo sobre los significantes de la virilidad, se hizo una revisión teórica de 66 investigaciones realizadas en países latinoamericanos, de aquí se identificaron lo que llamamos cuatro micro virilidades, virilidad como rendimiento, virilidad social, virilidad anatómica y virilidad erótica, estas conformarían una virilidad simbólica. Luego de realizar el análisis de los datos sobre las prácticas sociales se concluyó que, los amigos son las principales fuentes de enseñanza respecto a sexualidad y de la virilidad simbólica. La familia continúa enseñando sobre la masculinidad hegemónica. La mitad de los hombres tuvo su primera relación sexual con una prostituta, pero la otra mitad con una mayor como pareja, novia o relación informal, a la que le considera “maestra” de la cual aprende. Esto marca una diferencia entre cómo viven su sexualidad. En quienes lo hicieron con una novia incluyen prontamente a la virilidad erótica. La virilidad social se construye a través de la reputación como amante y viril, a través de la jactancia en las prácticas sociales con pares y en el reconocimiento de sus parejas. La pornografía sigue siendo usada como prioritaria por el hombre, es así, que le sirve como educativa, informativa, comparativa, ejemplificativa y excitativa. Este recurso lo conoce con los amigos, pero llega a conocerla más desde la intimidad, por la masturbación. Aunque la empezó a usar desde joven, sigue siendo un hábito que se mantiene a lo largo de su vida. Los significantes de virilidad son, 49,5% está de acuerdo que ser viril es ser buen amante y un 26,0% que es tener potencia sexual. 57% relaciona ser buen amante con el rendimiento en el acto sexual coital y el 65% la satisfacción femenina con el acto sexual coital. El concepto de virilidad se centra en la virilidad como rendimiento, pero en la madurez del hombre se incluye a la virilidad erótica como complemento, lo mismo sucede con el concepto de buen amante. 87% cree que ser viril es importante, 95,5% se considera viril y 93.5% buen amante, 65,5% piensa que los latinos son viriles y 55% que son buenos amantes. Para el 89,5% el falo es importante. 77,5% le dieron importancia a la eyaculación en el acto sexual. La virilidad anatómica, es la más preponderante, sin esta no habría virilidad como rendimiento, no serviría aplicar la virilidad erótica y no podría mantenerse la virilidad social. El hombre da mucha importancia a su virilidad anatómica, predominando su estética y funcionalidad. Se encontró que existe una práctica común en el bautizar a los miembros masculinos y con el tiempo, desde la masturbación, el hombre ha ido construyendo una relación emocional con su falo. La relevancia de la virilidad anatómica es tan alta, que podríamos decir que es la virilidad transversal de todas las micro virilidades. Las ideas fuerza sobre la disfunción sexual son, la virilidad anatómica es la que directamente tendría relación con la disfunción sexual, ya que el 51% de los hombres relaciona a los problemas en la función sexual con el acto sexual coital solamente, 53% reconocen sus causas principales y 56.5% saben que el urólogo es el que puede ayudarles en caso de presentar problemas, 45% mejoraría su estilo de vida y no iría al doctor. Sin embargo, el hombre desconoce sobre las especialidades médicas que atienden la salud sexual masculina, no sabe sobre su sexualidad y no quiere hacer público su problema, sobre todo enfrentar a su pareja, por lo que no hay el hábito de ir a consulta. Las creencias tanto de masculinidad hegemónica, como de esta virilidad simbólica, no le permiten, casi que le prohíben acudir al doctor, con el fin de mantener su virilidad social y evitar la burla social, que es la reacción común. Ni los mismos especialistas irían en busca de ayuda médica. La disfunción eréctil y la eyaculación precoz son las únicas que identifican los hombres. Se aplican dos tipos de tratamiento, desde la medicina el farmacológico y desde la psicología/sexología la terapia de pareja y la sexual enfocadas en la técnica cognitiva conductual midiendo su efectividad en la ejecución coital. Las imposiciones latinas y las creencias de la masculinidad hegemónica se mantienen como creencias nucleares individuales y son replicadas en las consultas de los profesionales. Estas son «el hombre no es emocional, el hombre debe ser viril, el hombre latino es buen amante y viril, el falo es lo más importante del hombre, el falo debe ser usado, el hombre es más sexual, el hombre es infiel, la mujer es sentimental» Todas han marcado un entorno de exigencias en el rol sexual. Por ello las emociones de respuesta ante una disfunción sexual son negativas en su mayoría, 75.5% de hombres presenta emociones negativas ante una disfunción sexual propia y un 87,5% ante la de un amigo. Las emociones negativas son preocupación, tristeza, pena, negación, depresión, desesperación, malestar, consternado, no lo aceptaría, frustración, disgusto, ira, baja autoestima, suicidio. Se muestra una relación muy estrecha entre los significantes de la virilidad y la no aceptación de la disfunción sexual, al parecer, no solo entre más estén arraigadas más difícil es que el hombre acepte que tiene un problema en su función sexual, sino que la salud mental del hombre se encuentra vulnerable y polarizada en las creencias del rol sexual masculino latino reforzadas por el vacío en educación sexual. A esto se suma un alto riesgo de tener una disfunción sexual por el estilo de vida del hombre y un descuido estatal en la salud masculina.