Desafíos y resistenciasUna etnografía sobre la construcción emocional del envejecimiento femenino (Resumen)

  1. DURÁN GARCÍA, GISELA
Dirigida por:
  1. Elena Hernández Corrochano Director/a

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 22 de septiembre de 2022

Tribunal:
  1. Luis Alberto Gárate Castro Presidente/a
  2. Carmen Osuna Nevado Secretario/a
  3. María Jesús Pena Castro Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El envejecimiento femenino en nuestra sociedad, supone una andadura larga en la que se pueden encontrar mujeres de dos e incluso tres generaciones, con circunstancias muy diversas, pero definidas por los estereotipos y la doble discriminación que sufren al ir envejeciendo. Sin embargo, pocas veces se profundiza en la capacidad de adaptación y resistencia o el potencial para tomar el control de la propia vida de las mujeres cuando envejecen. En esta tesis se parte de la base de que al ir envejeciendo se van reconfigurando y contestando los modelos de feminidad aprendidos. Estos modelos se viven a través de un cuerpo sensible que experimenta el mundo que lo rodea a través de emociones construídas culturalmente, es decir, que aunque estas se experimentan de forma individual, se conforman de manera históricamente mediada. Concebido desde una perspectiva etnográfica y feminista, este trabajo explora, a través del análisis de la experiencia de envejecer de dos generaciones de mujeres de entre cincuenta y ochenta años, cómo los distintos contextos culturales promueven y crean emociones que orientan la conducta y definen las prácticas. El objetivo principal de esta tesis ha sido examinar el papel de las emociones, consideradas como una construcción social, en el envejecimiento femenino, planteando estas como categorías analíticas necesarias para entender la vida social y cultural. El objetivo secundario ha sido analizar el modo en el que las emociones que emergen de las presiones sociales en torno al envejecimiento, incluso aquellas consideradas negativas, resultan funcionales para construir estrategias con las que afrontar la estigmatización social de este proceso. Esta investigación se centra en el análisis de cómo afectan a los sujetos de estudio los discursos sociales en torno a dos aspectos que se han revelado como especialmente significativos para ellas: los cambios que sufre el cuerpo durante el proceso de envejecimiento y los usos del tiempo de las mujeres a partir de la madurez. Puesto que narrativas distintas contribuyen a crear percepciones distintas, este trabajo se ha contextualizado con un examen de las distintas visiones sobre el cuerpo de las mujeres y sus roles que se han sucedido en España desde la Dictadura hasta nuestros días, mostrando cómo estas visiones, en ocasiones antagónicas, contribuyen a moldear la subjetividad de las mujeres que aparecen en este estudio. Como conclusión de esta tesis, una de las particularidades más llamativas que se puede identificar en el proceso de envejecer de estas mujeres es la constante tensión que sufren entre dos fuerzas casi parejas en cuanto a influencia social. Por un lado, la presión sexista de viejos discursos patriarcales que invisibilizan a las mujeres mayores. Por otro, la presión consumista del mercado, que las insta a salir a la luz para que adquieran productos y servicios con los que, si no seguir siendo joven, al menos aparentar que se sigue siéndolo. De igual forma, en lo que se refiere a la gestión del tiempo propio, estas mujeres deben enfrentarse tanto a los chantajes emocionales de las familias, como a las expectativas sociales que exigen que sean hijas cuidadoras y/o abuelas amorosas, mientras reciben reclamos para seguir estilos de vida considerados tradicionalmente como “juveniles”. Los discursos sociales sobre el envejecimiento de las mujeres, ya sea desde la óptica sexista del patriarcado tradicional, como desde la perspectiva del mercado, se han basado en asunciones estereotipadas sobre las emociones femeninas y en manipulaciones más o menos arteras de miedos e inseguridades, bien sea para mantener el statu quo como para animar al consumo. A priori, y si se tiene en cuenta esta tensión constante de fondo, podría pensarse que de las narrativas sociales vigentes sobre el envejecimiento femenino únicamente emergerían sentimientos de incertidumbre y descontento, ofreciendo además una visión eminentemente pasiva de las mujeres ante este proceso. Sin duda, los discursos sociales son muy efectivos en cuanto a su poder de manipulación de los universos afectivos, sobre todo teniendo en cuenta que la construcción cultural de lo femenino siempre ha estado teñida de una emocionalidad estereotipada, muy útil para relegar a las mujeres al ámbito de lo irracional. Sin embargo, las emociones que emanan de estas presiones sociales, incluso aquellas que tienen un cariz marcadamente negativo, no siempre son negativas en sus consecuencias. Para las mujeres que aparecen en esta investigación muchas de estas emociones tienen un enorme potencial para desencadenar prácticas de resistencia que ponen de manifiesto el carácter activo y dinámico de sus respuestas. Precisamente estas respuestas a tensiones sociales son las que van remodelando la subjetividad de estas mujeres a través de los sentimientos que les generan y de las reacciones frente a ellos y tienen el potencial de promover cambios vitales muy fructíferos. Aunque los mensajes sociales, opuestos como son, apelen a miedos e inseguridades femeninas para conseguir sus propósitos, precisamente la incoherencia de estos mensajes es los que provoca respuestas inesperadas en las mujeres. Muy a menudo las emociones que suscitan en ellas, a priori negativas, como la ira o el rechazo, adquieren un nuevo significado como medio para crear estrategias de resistencia y reconstruirse como sujetos más libres y activos.