Inteligencia, conducta adaptativa y calidad de vida. Interacciones explicativas de la discapacidad intelectual y la intervención optimizadora

  1. Carrillo Marcos, Miguel
Dirigida por:
  1. Antoni Castelló Tarrida Director/a
  2. Pedro Jurado de los Santos Director/a

Universidad de defensa: Universitat Autònoma de Barcelona

Fecha de defensa: 27 de noviembre de 2012

Tribunal:
  1. Miguel Ángel Verdugo Alonso Presidente
  2. Antonio Navío Gámez Secretario/a
  3. Antonio Sánchez Asín Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 332050 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

La consideración actual de la discapacidad intelectual incluye los constructos de inteligencia, conducta adaptativa y calidad de vida. Sin embargo, el constructo de la inteligencia ha sido relegado, frente a los otros, debido a la imposibilidad de tomar otros referentes de medida de inteligencia, además del coeficiente intelectual, y de la asequibilidad terapéutica que proporcionan tanto el constructo de la conducta adaptativa como el de la calidad de vida a la hora de realizar un diagnóstico y diseñar una intervención. En este sentido, se hace necesario encontrar una definición de discapacidad intelectual que permita incluir el constructo de la inteligencia junto a la conducta adaptativa y a la calidad de vida, tanto en el diagnóstico del sujeto como en el diseño de una intervención. Con este fin, se ha optado por considerar "la capacidad de manipular la información simbólica" como definición de inteligencia lo que permite considerar diversas dimensiones intelectuales que servirán para definir un perfil cognitivo del sujeto. Así, la discapacidad intelectual podría definirse como "aquél constructo caracterizado por limitaciones significativas de la capacidad de manipular la información simbólica y la conducta adaptativa (habilidades adaptativas, conceptuales y prácticas) que afectan a la calidad de vida. Esta discapacidad aparece antes de los 18 años". La definición propuesta da cabida a la medida de las dimensiones intelectuales que posee un sujeto. Esto permite un ajuste de los objetivos terapéuticos a las características individuales cognitivas debido a que estos requieren de mecanismos cognitivos para ser cumplimentados. En este sentido, se hace indispensable una herramienta que permita la medición de recursos cognitivos. Para tal efecto se construye el TACD (Test Aptitudes Cognitivas para Discapacitados) que mide 35 componentes cognitivos. Para comprobar la validez del test y su fiabilidad se realizó una pasación a 62 sujetos con discapacidad intelectual y usuarios del Servicio de Terapia Ocupacional Artesà de Barcelona. Los resultados obtenidos dan unos buenos resultados métricos. Por otra parte, se consideran las siguientes hipótesis: la conducta adaptativa incluye procesos cognitivos por lo que se considera la posibilidad que los instrumentos de evaluación que la miden (en este caso la Escala ICAP y la Escala SIS) tengan correlaciones con el test TACD. También se espera que exista una correlación negativa entre las escalas SIS e ICAP debido a que la primera deduce la falta de competencias de un sujeto mientras que las segunda describe las necesidades de apoyo. Sin embargo, en relación a los instrumentos de calidad de vida (en este caso Escala GENCAT) no se espera encontrar ninguna relación con el TACD ya que la Escala GENCAT evalúa dimensiones de tipo social. Los resultados que se obtienen de la muestra confirman las hipótesis anteriores. Por último, se intuía que los efectos de la medicación que ingieren los sujetos, sobre todo sus efectos secundarios, podían influir negativamente en las capacidades cognitivas de los sujetos. En este caso, los datos que se obtienen de la muestra objeto de estudio, después de cotejarlos con los instrumentos de medida anteriormente expuestos, concluyen que los medicamentos que se ingieren no afectan a los procesos cognitivos estudiados por el TACD ni en la conducta adaptativa, por lo que se intuye un acierto en la medicación recetada. Cabe mencionar que no ocurre así al confrontarlo con la Escala GENCAT ya que existen correlaciones moderadamente significativas. Esto es debido a la percepción social de que a mayor cantidad de medicamentos que toma un sujeto peor calidad de vida.