Encantadoraspersonajes femeninos y voces mágicas en la poesía cancioneril francesa e hispánica

  1. Pérez Rodríguez, Carmen
Dirigida por:
  1. María Vicenta Hernández Álvarez Directora

Universidad de defensa: Universidad de Salamanca

Fecha de defensa: 20 de junio de 2023

Tribunal:
  1. Tomás Gonzalo Santos Presidente
  2. Flavie Fouchard Secretario/a
  3. María del Carmen Cortés Zaborras Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

En el inconsciente colectivo y en el patrimonio cultural de la humanidad han sobrevivido, bajo diferentes formas, las mujeres que, canto mediante, son capaces de transformar la realidad de la persona que a ellas se acerca para abrirle las puertas a un nuevo estado de conciencia, a un saber ancestral e intuitivo del que el buscador se podría empapar para seguir sabiamente su camino. Eso sí, siempre que no diluya su individualidad en el abrazo de la sirena y sea capaz de salir de ese plano simbólico para regresar al mundo ordinario y continuar su vida con la responsabilidad que el regalo, o la maldición, del conocimiento conlleva. Antes de dirigirnos al análisis de la construcción de las figuras femeninas encantadoras y al estudio de sus voces en la poesía de tradición oral, dedicamos el primer capítulo de la tesis a conocer la presencia histórica, antropológica y literaria de las mujeres vinculadas con los encantamientos desde una perspectiva interdisciplinar y de género. Dado que la mayor parte de nuestro trabajo comparativo se constituye gracias a canciones francesas e hispánicas de los siglos XV al XVII, en el segundo capítulo, presentamos los principios metodológicos que nos permiten acercarnos a la poesía oral como a un objeto de estudio con características propias, entre las que destaca la variabilidad. El hecho de que no se pueda determinar la cantidad de variantes de una misma canción nos lleva a buscar elementos que perduran en la ¿mouvance¿ de la realización oral y, por lo tanto, a centrar nuestra atención en la lírica breve: ¿refrains¿, en las composiciones francesas, y estribillos o villancicos, en las hispánicas. Se trata de pequeñas composiciones crípticas y sugerentes que, al igual que muchas fórmulas, epítetos y frases conservadas en el repositorio colectivo de la creación lírica, son con frecuencia glosadas e interpoladas con fragmentos poéticos de diversa procedencia, lo que produce una ruptura en el plano métrico, melódico o temático. Además de las incoherencias temáticas y de las disrupciones en la métrica, esta interposición de ¿refrains¿ y estribillos provoca un contraste lingüístico y estilístico con disonancias en el tono, en el registro y/o cambios de sujeto lírico. En cuanto al contenido, es precisamente en la brevedad de estas formas donde encontramos unidades poéticas mínimas o ¿poéthèmes¿, siguiendo la terminología de Pierre Bec. Nuestra atención se dirige a estas unidades mínimas invariables, de carácter recurrente, multiforme y generativo en antiguos ¿refrains¿ o estribillos de canciones en las que habitualmente aparece un sujeto lírico femenino: canciones de mujer, ¿chansons de toile¿ ¿canciones de hilandares o romances¿, ¿pastourelles¿ y serranillas, principalmente. Con el fin de que se pueda acceder a todas ellas, en los anexos, hemos llevado a cabo una ordenación de las composiciones más extensas que forman nuestro corpus. El primer anexo está dedicado a la mujer real, principalmente, a canciones que se relacionan con el tipo lírico de la canción de mujer medieval, que suelen presentar situaciones tan reales como desventajosas para ellas; el segundo, está formado por composiciones que presentan mujeres con características extraordinarias en relación con entidades femeninas sobrenaturales de carácter ambivalente. En el tercer capítulo, la atención prestada a la presencia de la voz femenina en primera persona y a los recursos simbólicos y discursivos que la componen nos permite determinar una clasificación de los rasgos físicos y psíquicos en la construcción de los personajes femeninos de las canciones estudiadas. En este sentido, se revela fundamental analizar el espacio que ocupan las mujeres, el tiempo en el que se enmarcan y los seres de la naturaleza con los que se relacionan, antes de establecer una tipología de los personajes femeninos y de sus voces. Por una parte, las características asociadas a la figura femenina no son una creatio ex nihilo, sino que encuentran sus bases en la mitología, en la literatura y en la fisiología antigua y constituyen rasgos físicos estereotipados con correspondencias psíquicas y morales. Por otra parte, las características de los personajes femeninos en la lírica de tradición oral concuerdan con los temas de las canciones de mujer: los lamentos de nostalgia, la desesperación ante la espera, el rechazo del atrevido, entre otros; todo ello expresado en fórmulas exclamativas o interrogativas comúnmente angustiosas o patéticas. Sin embargo, esto supone un primer nivel de lectura, ya que se conservan canciones de mujer desde la Edad Media y, para conocer la construcción del personaje femenino, es preciso ver cómo se elaboraba el retrato femenino medieval. La medicina, la teoría de los humores y los estudios fisiológicos, la astronomía, la filosofía, heredadas de la antigüedad, confluyeron con la iconografía y la literatura en la elaboración de las figuras femeninas. Se consideraba que la naturaleza de las mujeres era instintiva y salvaje y que debía ser controlada mediante la castidad y el matrimonio. La mujer sometida al control masculino, de su cuerpo y de sus bienes, era considerada la buena mujer, el ejemplo a seguir, digna de toda alabanza; la que no se sometía era la mala, el contraejemplo, la mujer vituperada. Estos son los dos personajes femeninos paradigmáticos fundamentales. Además, sabemos que cuanto más impactante fuera el retrato femenino creado, más tiempo permanecería en la memoria. Efectivamente, con sus símbolos, metáforas, símiles y analogías, la lírica breve, como la iconografía, crea imágenes conmovedoras, inverosímiles, grotescas, que provocan miedo, risa, sorpresa o repulsión. Todas estas impresiones perduran en la mente humana, especialmente en la mentalidad de una sociedad mayoritariamente analfabeta. De este modo, los atributos físicos y psíquicos, los contextos espaciales y temporales, los elementos de la naturaleza que se relacionan con las mujeres y las acciones humanas tejen redes de significado universal en diferentes niveles de interpretación. A partir de esta compleja red de símbolos en potencia, hemos establecido una tipología de los personajes y las voces femeninas. En realidad, los elementos se mezclan, se transforman y se resignifican, ya que la porosidad de las melodías y de las letras permite actualizar el sentido de las mismas en todo momento. Aunque la categorización de las mujeres representadas en la lírica tradicional es flexible y abierta a nuevos agrupamientos, podemos decir que los personajes femeninos de la poesía de cancionero gozan de una reputación cuanto menos perturbadora. Tanto es así que la voz femenina en primera persona no solo es marcadamente minoritaria en la lírica cancioneril, sino que supone la entrada de la fatalidad y/o vehicula el discurso moralizante de advertencia ante el peligro que acarrea la mujer, considerada tan atractiva como letal. En el estudio discursivo de las voces femeninas, analizamos los encantamientos como actos verbales de carácter mágico que tienen una doble faceta: por un lado, se asientan en la creación de emociones placenteras que se deben, principalmente, al empleo artístico de la voz y de la melodía, al carácter rítmico, simbólico y dramático que constituye la base tanto de la poesía de tradición oral como del teatro o de los actos mágicos; por otro lado, los encantamientos son estrategias discursivas de persuasión mediante las cuales se accede a manipular la voluntad del seducido. Este poder hace que tradicionalmente numerosas advertencias y prohibiciones se generen en torno al canto de las mujeres. Resulta significativo que las evocaciones, invocaciones, conjuros y maldiciones que los personajes femeninos profieren se entrelacen con sujetos líricos masculinos y/o con otras voces narrativas que no se definen en términos de género. Aunque estas fórmulas mágicas dejen entrever el poder que se les asignaba a las mujeres en determinados espacios, no olvidamos que gran parte de ellas están asociadas a los usos amorosos y que el énfasis que se pone sobre el dominio femenino en las artes del amor sirve específicamente como advertencia a los hombres para que desconfíen de las mujeres, en general, por considerarlas tan atractivas como peligrosas. De hecho, las voces mágicas de los personajes femeninos se articulan en un complejo entramado de sujetos líricos en el que el yo poético femenino es frecuentemente eclipsado por otras voces que maldicen a las mujeres y presentan al personaje femenino como una víctima de sus propios anhelos, como una pecadora incapaz de hacer el bien. Al fin y al cabo, las comunidades de oralidad primaria encontraban refugio en el silencio y en la música, en rituales de danzas y canciones en grupo que se mantuvieron en la memoria colectiva de agrupaciones humanas arcaicas. La regulación de las prácticas musicales y poéticas en función de la división de géneros produjo una brecha irreconciliable entre hombres y mujeres durante largo tiempo. Al hacer conscientes los arquetipos y rasgos en los que se fundamentaba la separación del colectivo y la dominación del grupo masculino sobre el femenino y al buscar la raíz de los deseos, emociones y sentimientos que transmite la imagen y la voz de la mujer en la lírica cancioneril, rendimos un homenaje a las mensajeras que nos precedieron, a aquellas mediadoras de la divinidad y de la naturaleza que pusieron su identidad al servicio de lo colectivo, a la vez que construimos puentes sobre antiguas figuras y voces de mujeres que posibilitan nuevas creaciones e interpretaciones artísticas.